Contra la represiòn policial

Esto es el comunicado que ha sido difundido para covocar la concentraciòn del sabado 11 de febrero, tras las detenciones de Sant Pere Més Baix:

  

La madrugada del 4 de febrero, en Sant Pere Més Baix 55, la policía detuvo de una forma muy violenta a 9 personas fuera de una fiesta. Tres de ellas se encuentran en la cárcel, dos acusados de homicidio en grado de tentativa, y una por atentado contra la autoridad e incitación al atentado. Según versiones oficiales, una agente de antidisturbios de la Guardia Urbana (UPA) está herido y en coma terapéutico inducido. En una rueda prensa, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, dio una primera versión en la que afirmaba que la herida fue provocada por una maceta procedente del edificio donde se realizaba la fiesta. Dieciséis horas después la policía contradijo esta declaración sosteniendo que el golpe pudo provenir de cualquier objeto contundente. Al día siguiente salió la tercera y última versión oficial que decía que fue gente que se encontraba en la calle la que agredió al UPA con una piedra.

¿Cuál de las tres versiones oficiales tiene que creer la opinión pública? Si tomáramos la primera versión de la policía pronunciada por Clos resultaría que ninguno de los detenidos seria responsable del golpe que hirió al agente. Por otra parte, hasta el momento no existe ningún peritaje sobre lo ocurrido a parte del policial, de manera que no se puede contrastar con la versión de la policía y del Ayuntamiento, que se presenta como acusación particular, que ha cambiado sus versiones en tres ocasiones en tan solo dos días.

Los acusados niegan absolutamente los cargos que se les imputan. Testigos oculares y detenidos coinciden en decir que un grupo de gente se encontraba discutiendo con tres policías delante de la puerta de la fiesta, cuando estos últimos comenzaron a golpear después de llamar a más refuerzos. En ese mismo momento, el grupo en el que venían los incriminados llegaba al lugar y también fueron aporreados. Durante el incidente el agente cayó herido, llegaron los Mossos antidisturbios y continuaron las detenciones y las palizas. Hay que agregar que la policía al grito de “alto o disparo” disparó mientras perseguía a las personas que huían de los golpes. Los detenidos continuaron siendo golpeados y torturados tanto en el momento de su detención como durante su estancia en dependencias policiales, el hospital y traslados. Presentan múltiples contusiones en todo el cuerpo, golpes en la cabeza, ojos morados y uno de ellos dos brazos rotos.

La versión que desde los medios ha trascendido a la opinión pública reduce el hecho a un mero enfrentamiento violento entre la policía y unos jóvenes okupas. Sin embargo, la realidad es que este hecho se ha producido en un contexto particular. El incidente se sitúa en un barrio que se encuentra en absoluto estado de degradación provocado por la política urbanística del ayuntamiento. Cabe señalar que no es el único barrio en Barcelona cuyos habitantes son victimas de los intereses especulativos y del mobbing inmobiliario del que el Ayuntamiento es cómplice y participe. Hay que destacar también que esta política absolutamente insensible con la realidad social de estas zonas ha llevado al ayuntamiento a un fuerte despliegue policial para reprimir cualquier tipo de respuesta que pueda darse por parte de los vecinos afectados por las expropiaciones, la falta de equipamientos y, en general, la destrucción de los barrios y sus redes sociales. No seria exagerado hablar de la criminalización de la pobreza.

La violencia policial se ha hecho tan explicita en el barrio de Sant Pere, que muchos de los vecinos que presenciaron la carga policial desde sus balcones estaban impresionados por la brutalidad con que las fuerzas de seguridad reprimieron no solo a los jóvenes que se encontraban en la puerta del inmueble en ese momento sino también a muchas personas que pasaban casualmente por el lugar. La mayor parte de estos testigos solo acceden a hablar de lo ocurrido en privado pues se encuentran atemorizados por la impresión que les produjo la actuación policial y porque desde el día en el que ocurrieron los hechos hay dotaciones permanentemente de los Upas en las puertas de sus casas. Al día siguiente de lo ocurrido aun continuaban las identificaciones injustificadas y las amenazas a varios de los vecinos que viven allí y/o cualquier persona que tuviera una supuesta “estética okupa” tales como “prefieres que te mate aquí o que lo haga en la zona franca”, agresiones como puñetazos, patadas en los tobillos o incluso descalzar a la victima y amedrentarla y mientras cada uno de los agentes le pisaba sus pies. Para justificar la saña con la que estaban actuando le advertían a las personas que el urbano agredido había muerto.

Por ultimo, queda agregar el rol ambiguo que tenia el lugar de la fiesta, la narcopeña acultural. Para el ayuntamiento es más fácil arrestar a algunos jóvenes sudamericanos con “estética okupa” que tener que justificar su responsabilidad sobre el edificio de su propiedad. Los habitantes del edificio lo utilizaban para practicas mafiosas y resulta muy difícil creer que la policía ignorara estos hechos (v. articulo Indymedia).

Todo esto no es casualidad, la escalada de violencia que los distintos cuerpos policiales están protagonizando desde hace tiempo, y mas concretamente desde la entrada en vigor de las leyes del civismo, tolerancia cero, y el despliegue definitivo de los Mossos D’esquadra esta cebándose de forma muy clara sobre ciertos colectivos y sobre ciertas zonas donde los intereses del Ayuntamiento chocan con la realidad de la gente que allí habita.

Exigimos la libertad sin cargos de las personas presas, el fin de los maltratos y torturas y que nos devuelvan nuestros barrios.

Concentración sábado 11 febrero 12h Plaza San Jaume.

Ayuda a: La Caixa 2100-3002-01-2105267123 Mariana Lanza Huidobro.

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